Vivimos en el placer del éxtasis en que nos sumergen los embrujadores y sus medios de comunicación: los viajes, las deudas en pro de cosas inútiles, los colores estridentes, la magia del fútbol. Ruido, mucho ruido, autos y más autos, crímenes inexplicables, múltiples choques por exceso de velocidad, robos cada vez más extravagantes, infanticidios, femicidios, pedófilos... Eso distrae a las turbas, las aleja de todo intento revolucionario.

Mónica Echeverría Yáñez. ¡Háganme callar!