Aquí y ahora, junto a todos los que faltan, invocamos tu nombre Sola Sierra para flamearlo como una bandera contra el silencio. De aquí y para siempre, brillarán como estrellas las cuatro letras de tu nombre. Eternamente Sola, pero nunca más solitaria, querida amiga, porque la ética de tu presencia en nuestra historia será el abrazo generoso a todos los oprimidos, a todos los hambrientos de justicia. Pero más que nada, a la sombra extraviada de nuestros desaparecidos, a quienes el crimen oficial les quebró la voz.
Pedro Lemebel (via hernancastro)